*"Y la serpiente era más astuta que todos los animales del campo..."* — *Génesis 3:1*
Desde los albores del pensamiento humano, la figura de la serpiente ha reptado silenciosa entre las sombras de nuestras mitologías, religiones y terrores más íntimos. Ser de conocimiento, tentación y transformación, ha sido adorada como deidad creadora en remotas civilizaciones, pero también vilipendiada como símbolo de la caída y la traición. Hoy, querido lector, nos adentramos en uno de los arquetipos más fascinantes y persistentes del inconsciente colectivo: la herencia oculta de la estirpe serpentina. ¿Y si no fuese solo mito? ¿Y si entre nosotros camina aún la descendencia de un linaje ancestral, no enteramente humano? Comencemos...
EL PRIMER ENGAÑO: LA FRUTA, LA MUJER Y LA SERPIENTE
En el imaginario judeocristiano, la escena es bien conocida: Eva, la primera mujer, es engañada por una serpiente parlante para consumir el fruto del Árbol del Conocimiento. Aquel acto prohibido selló el destino de la humanidad, marcando para siempre a la serpiente como enemiga del hombre. Sin embargo, este relato, más que un simple mito de origen, podría ser la máscara simbólica de una conexión mucho más antigua y profunda entre el ser humano y un linaje reptiliano.
Desde tiempos remotos, en culturas separadas por océanos y milenios, reaparece la figura del humano-serpiente, un ser híbrido que engendra conocimiento, fertilidad, e incluso civilización. ¿Es mera coincidencia? ¿O estamos ante el rastro velado de una presencia real, anterior al relato bíblico?
DE CHINA A GRECIA: DIOSES SERPENTINOS Y CREADORES DE HUMANIDAD
La mitología china reverencia a los hermanos divinos Fu Xi y Nuwa, ambos con cuerpos de serpiente desde la cintura hacia abajo. Fu Xi enseñó a la humanidad las artes de la escritura, la pesca y la caza; Nuwa moldeó a los primeros seres humanos con arcilla viva. La sabiduría y la creación brotan, una vez más, de seres con naturaleza reptiliana.
Del otro lado del mundo, en la antigua Grecia, encontramos a Cécrope, fundador mítico de Atenas, también descrito con cola de serpiente, y a Echidna, la madre de todos los monstruos, mitad mujer, mitad reptil. Lamia, reina libia convertida en devoradora de niños tras su unión con Zeus, continúa esta estirpe de figuras femeninas y serpénticas. ¿Simbolismo o legado ancestral?
AMÉRICA Y ÁFRICA: EL CULTO CONTINÚA
En tierras aztecas, la diosa Cihuacóatl —“mujer serpiente”— es asociada con la maternidad y el linaje humano, laborando junto a Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, para dar forma a la humanidad. En el África antigua, no faltan deidades reptilianas vinculadas a la fertilidad, la muerte y los orígenes.
Pero quizá la más inquietante de todas proviene de los pueblos Pomo de California...
LA NOVIA DE LA SERPIENTE: UNA LEYENDA POMO
Recogida por el antropólogo Samuel Barrett en 1933, la leyenda relata cómo una joven fue cortejada por una serpiente de cascabel que, asumiendo forma humana, pidió su mano. Tras varias noches de insistencia, la unión ocurrió y de ella nacieron cuatro hijos, todos con características serpentinas.
La madre, al notar su propia transformación, afirma algo estremecedor: "Aunque ya no soy realmente humana, debo regresar a mis padres y decirles lo que ha sucedido". ¿Un cuento folclórico o el eco de un suceso que la memoria cultural ha camuflado como mito?
SUGAAR, EL DRAGÓN VASCO Y LA SANGRE MISTERIOSA
En los montes del País Vasco, el dios Sugaar —compañero de la diosa Mari— es representado como una serpiente o dragón de fuego que cruza los cielos. No es un detalle menor: los vascos presentan una de las concentraciones más elevadas del mundo del enigmático tipo de sangre **Rh negativo**, una variante genética que no guarda relación directa con ninguna otra especie conocida, ni siquiera los simios con los que compartimos ancestros.
RH NEGATIVO: LA SANGRE QUE NO DEBERÍA EXISTIR
El sistema Rh —llamado así por el mono rhesus— clasifica a la mayoría de los humanos como Rh positivos. Pero el factor Rh negativo representa una anomalía: cuando una madre Rh negativa concibe un hijo Rh positivo, su cuerpo puede atacarlo como si fuera un invasor... *como si el feto fuese literalmente ajeno a la especie*.
¿De dónde proviene este tipo de sangre? La ciencia aún no lo sabe. Pero su rareza —y su asociación con pueblos ancestrales y leyendas de seres no humanos— ha dado pie a especulaciones inquietantes. ¿Podría tratarse del vestigio biológico de una hibridación antigua con seres no humanos, tal vez de origen... extraterrestre?
¿Y SI NO FUERA SOLO UN MITO?
Con esta pregunta abrimos la puerta al segundo capítulo de esta investigación, donde abordaremos teorías audaces, propuestas por investigadores como Brad Steiger, sobre la conexión entre el linaje serpentino, el factor Rh negativo, y entidades no humanas que pudieron haber intervenido en nuestro pasado evolutivo.
¿HIJOS DE LOS DIOSES O HIJOS DE LAS ESTRELLAS?
El reconocido autor Brad Steiger, figura emblemática del periodismo paranormal y de las fronteras de la ciencia, escribió en su libro *Aliens Real, Space Beings, and Creatures from Other Worlds* que el misterioso factor Rh negativo podría no ser simplemente una rareza genética, sino el resultado de un antiguo entrecruzamiento entre la humanidad y una especie no humana… tal vez, incluso, de origen extraterrestre.
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Brad Steiger |
Steiger, él mismo portador de sangre Rh negativa, relata cómo fue abordado por dos investigadoras identificadas como "Mabel y Bonnie" durante una conferencia. Estas mujeres afirmaban haber rastreado una línea genealógica vinculada al Rh negativo que parecía tener conexiones con contactos extraterrestres y fenómenos psíquicos. Pero no estaban solas en su hipótesis: otros estudiosos del misterio han observado que las personas Rh negativas tienden a compartir características inusuales —como una sensibilidad aumentada, capacidades intuitivas fuera de lo común, e incluso relatos recurrentes de encuentros con entidades no humanas durante el sueño o en estados alterados de conciencia.
¿Estamos ante simples coincidencias… o ante las huellas dispersas de un legado oculto en nuestra sangre?
LAS SERPIENTES DEL CIELO: CUANDO LOS MITOS SE CONVIERTEN EN PISTAS BIOLÓGICAS
Lo inquietante es cómo muchas culturas ancestrales relatan la llegada de dioses-serpiente que no solo trajeron conocimiento y civilización, sino que también se mezclaron con los humanos. Desde los Annunaki de Sumeria hasta Quetzalcóatl en Mesoamérica, el motivo se repite: seres con aspecto reptiliano o serpentino descienden de los cielos, establecen contacto con los primeros humanos… y luego desaparecen misteriosamente.
¿Podrían estos relatos milenarios ser la codificación mítica de un evento real, una suerte de hibridación antigua cuyos rastros aún persisten en ciertos linajes humanos?
Volvamos por un instante a la genética. En el caso de una madre Rh negativa embarazada de un hijo Rh positivo, su cuerpo puede interpretar al feto como un invasor biológico. El sistema inmunológico materno produce anticuerpos que atacan al bebé como si fuera un virus o un organismo alienígena. Esta reacción, llamada *eritroblastosis fetal*, es una rareza médica… pero también plantea una pregunta tan profunda como perturbadora: ¿qué clase de mutación natural es aquella que hace que la madre rechace la vida que lleva dentro?
Más aún: la concentración más alta de Rh negativo se encuentra precisamente en regiones del País Vasco, tierra de mitos serpentinos y una cultura que algunos estudios consideran una de las más antiguas de Europa. ¿Casualidad… o reminiscencia genética de una conexión perdida con “los dioses”?
LA HERMANDAD DE LA SERPIENTE: UN LEGADO ENTERRADO
Dentro de ciertas escuelas esotéricas y textos ocultistas se hace referencia a una organización milenaria conocida como **La Hermandad de la Serpiente**, que habría custodiado durante siglos secretos prohibidos acerca de los orígenes de la humanidad, el conocimiento oculto y los vínculos con entidades superiores no humanas. Esta Hermandad, según algunos autores, fue perseguida, infiltrada y fragmentada, pero su influencia se dejó sentir en las primeras civilizaciones mesopotámicas, egipcias y americanas.
Se dice que los iniciados de esta Hermandad eran conscientes de la existencia de una **raza serpentina**, ya fuera real o simbólica, que poseía el don del conocimiento superior, el dominio sobre la materia y una conexión directa con el “fuego celestial”. Los relatos que sobreviven en manuscritos herméticos, mitos gnósticos y tradiciones chamánicas hablan de un tiempo antiguo en el que los hombres convivieron con estos seres… y en algunos casos, se mezclaron con ellos.
¿Y si los portadores del Rh negativo fueran sus descendientes? ¿Y si el despertar de ciertos dones psíquicos o espirituales en nuestra era tuviera que ver con la reactivación de esa herencia dormida?
EPÍLOGO: ENTRE LA CIENCIA Y EL MITO, UNA PREGUNTA SIN RESPUESTA
En un mundo donde la ciencia se cruza cada vez más con lo imposible, y donde el pasado parece susurrar secretos desde los pliegues del mito, el rastro de la serpiente sigue reptando por los márgenes de nuestra historia.
¿Fue la serpiente un símbolo de sabiduría… o un recuerdo de nuestros antiguos creadores? ¿Fueron los "hijos de la serpiente" simples criaturas del folclore… o portadores de un linaje estelar?
La sangre no miente. Y quizás, en su flujo misterioso, esté la clave para comprender quiénes somos realmente… y de dónde venimos.
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